El acero inoxidable es el tipo de acero inoxidable más utilizado, que contiene cromo y níquel. Como un acero versátil, posee una buena resistencia a la corrosión, resistencia al calor, resistencia en bajas temperaturas y propiedades mecánicas excelentes. La resistencia a la corrosión del acero inoxidable depende principalmente de su composición en aleación (cromo, níquel, titanio, silicio, aluminio, manganeso, etc.) y de su estructura interna; el cromo juega un papel fundamental en este proceso. El cromo tiene una alta estabilidad química y puede formar una película pasivadora en la superficie del acero que aísla el metal del entorno exterior, protegiéndolo de la oxidación y aumentando así su resistencia a la corrosión.
En segundo lugar, la chapa de acero inoxidable presenta buenas propiedades de trabajabilidad en caliente, como estampado y doblado; no sufre fenómenos de endurecimiento por tratamiento térmico (rango de temperatura de -196 °C a 800 °C), y también cuenta con buena soldabilidad. Es adecuada para el procesamiento y fabricación de intercambiadores de calor en chapa, tuberías onduladas, productos domésticos (vajillas de categoría 1 y 2, armarios, tuberías interiores, calentadores de agua, calderas, bañeras), piezas automotrices (limpiaparabrisas, silenciadores, productos moldeados) e dispositivos médicos.
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Al determinar el tipo de acero inoxidable a elegir, las principales consideraciones son los estándares estéticos requeridos, la corrosividad del ambiente local y el sistema de limpieza que se utilizará. Por ejemplo, en techos y paredes laterales de edificios industriales. En estas aplicaciones, el costo de construcción para el propietario puede ser más importante que los aspectos estéticos, y la superficie no se limpia con frecuencia. El acero inoxidable 304 funciona bastante bien en entornos interiores secos.
Sin embargo, para mantener su apariencia en exteriores, tanto en áreas rurales como urbanas, es necesario realizar una limpieza frecuente. En zonas industriales y costeras altamente contaminadas, la superficie puede estar muy sucia e incluso oxidarse. Para obtener un mejor aspecto estético en entornos externos, se requiere el uso de acero inoxidable que contenga níquel. Por ello, el acero inoxidable 304 se utiliza ampliamente en muros cortina, paredes laterales, techos y otros fines constructivos; pero en ambientes industriales o marinos con alta corrosividad, se prefiere el acero inoxidable 316.
En cuanto al diseño de la forma del producto, el acero inoxidable se produce en formas y tamaños estándar de metal, además de existir numerosas variantes especiales. Los productos más utilizados se fabrican a partir de láminas y tiras; no obstante, también se elaboran productos especiales utilizando chapas de grosor mediano o alto, como en el caso del acero estructural laminado en caliente o extruido. Además, existen tubos redondos, ovalados, cuadrados, rectangulares u hexagonales (soldados o sin soldadura), así como perfiles, barras, alambres y piezas fundidas de acero inoxidable.