El principio de… Tubo de acero galvanizado por inmersión en caliente Y la aplicación de tubos de acero galvanizado. Los tubos de acero galvanizados por inmersión en caliente se utilizan para mejorar su resistencia a la corrosión; esto se logra mediante un proceso de galvanización del acero convencional. Los tubos de acero galvanizados se dividen en dos tipos: los galvanizados por inmersión en caliente y los electro-galvanizados. La capa de galvanización en los tubos de inmersión en caliente es más gruesa, el costo de producción de los tubos electro-galvanizados es más bajo, y su superficie no es tan lisa. Actualmente, los tubos de acero galvanizados por inmersión en caliente son los más utilizados.
El galvanizado por inmersión en caliente (hot-dip galvanizing) es un método efectivo para proteger los metales contra la corrosión y se utiliza principalmente en estructuras metálicas de diversas industrias. Consiste en sumergir las piezas de acero previamente desoxidadas en una solución fundida de zinc a aproximadamente 500 °C, lo que permite que una capa de zinc se adhiera a su superficie, logrando así la protección contra la corrosión. El flujo del proceso es el siguiente: decapado de los productos terminados → lavado → adición de la solución de galvanizado → secado → colocación en estantes para el recubrimiento → enfriamiento → tratamiento químico → limpieza → pulido, y finalmente se completa el proceso de galvanizado por inmersión en caliente. ¿Cuál es entonces el principio detrás de este método? Tubo de acero galvanizado por inmersión en caliente?
Principio: La capa de galvanización por inmersión en caliente se forma mediante el uso de zinc en estado líquido a alta temperatura, en tres pasos:
La superficie a base de hierro se disuelve en la solución de zinc para formar una capa de fase de aleación zinc-hierro;
Los iones de zinc en la capa de aleación se difunden aún más hacia la matriz para formar una capa de solubilidad mutua entre zinc y hierro;
La superficie de la capa de aleación está rodeada por una capa de zinc.
The Tubo de acero galvanizado por inmersión en caliente El acero está recubierto por una capa gruesa y densa de zinc puro que evita el contacto entre la matriz del acero y cualquier solución corrosiva, protegiéndola así de la corrosión. En la atmósfera normal, se forma sobre esta capa de zinc una película muy fina pero también densa de óxido de zinc, que es difícil de disolver en agua; por lo tanto, desempeña un papel protector importante para el sustrato de acero. Si el óxido de zinc y otros componentes presentes en la atmósfera forman sales de zinc insolubles, el efecto anticorrosivo es aún más ideal.
El tubo galvanizado por inmersión en caliente consiste en hacer que el metal fundido reaccione con la matriz de hierro para formar una capa de aleación, de modo que la matriz y el recubrimiento se unan. Para este proceso, primero se somete el tubo de acero a un tratamiento de decapado (eliminación del óxido de hierro). Superficie del tubo de aceroDespués del proceso de escaldado, el acero se limpia en un tanque con una solución acuosa de cloruro de amonio o cloruro de zinc, o en una mezcla de ambas soluciones, y luego se somete a un baño de galvanización en caliente. El método de galvanización en caliente presenta ventajas como una capa uniforme, una buena adherencia y una larga vida útil. La matriz del tubo de acero galvanizado en caliente y la solución fundida de recubrimiento experimentan reacciones físicas y químicas complejas que dan lugar a una capa de aleación de zinc-iron resistente a la corrosión, con una estructura compacta. Esta capa se integra completamente con la capa de zinc puro y el sustrato de acero, lo que confiere al material una alta resistencia a la corrosión.
Ámbito de aplicación de las tuberías galvanizadas en caliente:
La aplicación del galvanizado en inmersión caliente también se ha expandido con el desarrollo de la industria y la agricultura. Por lo tanto, los productos galvanizados en inmersión caliente se utilizan en diversos sectores: industrial (equipo químico, procesamiento de petróleo, exploración marina, estructuras metálicas, transmisión de energía, construcción naval, etc.), agrícola (irrigación por aspersión, sistemas de calefacción), y en la construcción (transmisión de agua y gas, manguitos para cables, andamios, viviendas, puentes, transporte, etc.). En los últimos años, su uso se ha vuelto cada vez más generalizado. Debido a que estos productos presentan una apariencia atractiva y una buena resistencia a la corrosión, su campo de aplicación es cada vez más amplio.